No podemos negar la realidad: cada vez hay más usuarios que optan por la compra online.
Lo hacen (¡lo hacemos!) por comodidad, desde cualquier dispositivo y casi en cualquier momento disponible como un intento de optimizar el tiempo al máximo.
Los números avalan esa tendencia y solo en España, por ejemplo, en solo 10 años se han triplicado los resultados.
Es verdad que la competencia es feroz y que es difícil sobresalir, pero la buena noticia es que el consumidor no solo valora el precio, sino el trato, lo que le transmite la web y quien está detrás de ella: tú y tu producto o servicio.
De ahí a que no puedas tener una tienda online hecha de cualquier manera y que merezca la pena de popnerle todo el mimo, en la pantalla y fuera de ella.
Actualmente, la mayor demanda es en ropa y complementos, ocio y cultura y complementos, pero poco a poco sectores como el de la alimentación van cobrando más peso.
En una tienda online puedes vender todo tipo de artículos y paquetes de ocio, pero también cursos o servicios de consultoría con reservas online.
Tenlo claro: para afianzar tu oferta al consumidor, la que sea, tendrás que adaptarte a sus hábitos así que hazlo, y hazlo bien.
(Y no, no hace falta que inviertas una millonada).
Para terminar, dos últimas anotaciones:
1/ una cifra interesante: los ingresos del comercio electrónico en España llegaron en 2016 a los 24.185 millones de euros, un 20,8% más que en el año anterior, la mayor parte (6656 millones de euros) en el último trimestre.
2/ dos informes para ampliar la información.
↝ Informe nuevos hábitos de consumo, cambios sociales y tecnológicos.
↝ Estudio anual e-commerce 2016.